A casi 2 meses de haber asumido, el presidente Javier Milei hizo rodar la primera cabeza de su Gabinete (también le había cortado los víveres a Iñaki Gutiérrez en redes sociales), con el pedido de renuncia para el ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro.

En principio, la medida estuvo a cargo del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y aunque todavía no se sabe quién lo reemplazará, la idea es que el Ministerio sea reducido al rango de secretaría, la cual quedará dependiente de quien hasta ahora fue su par de Economía, Luis “Toto” Caputo.

Según pudo saberse, se acusó a Ferraro de “filtrar” información sensible de una mesa chica. La frase que generó controversias habría sido la confesión de que Milei sostuvo ante su equipo de colaboradores que dejaría “sin un peso” a los gobernadores que no acompañen la Ley Ómnibus.

Una vez más el presidente demostró que no le tiembla el pulso siquiera con los de su entorno, puesto que el ex ministro había sido un nombre acercado por su hermana Karina Milei.

Ferraro tenía experiencia en proyectos de iniciativa público-privada, ya que entre 2017 y el 2019 llevó adelante las iniciativas PPP para corredores viales, en su rol de director de KPMG Argentina, firma global que provee servicios de Auditoría, Impuestos y Asesoría.