jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº1940

Lo que pasa | 26 ene 2023

Sequía

¿Qué pasará si las precipitaciones son demasiado abundantes?

Especialistas sostuvieron que la vuelta hacia la normalidad "será lenta" y serán necesarias lluvias moderadas y frecuentes, debido a que de tener precipitaciones abundantes en cortos periodos podría erosionar los suelos


Luego del período de sequía provocado por el fenómeno de La Niña, que se espera que cese para el otoño, especialistas sostuvieron que la vuelta hacia la normalidad "será lenta" y serán necesarias lluvias moderadas y frecuentes, debido a que de tener precipitaciones abundantes en cortos periodos podría erosionar los suelos.

"Se espera que para inicios del otoño comience una fase neutral, es decir, que ya la anomalía del océano Pacífico ecuatorial esté dentro de los valores normales, pero habrá una demora hasta que la atmósfera cambie su comportamiento", detalló Cindy Fernández, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

Desde el año 2018, Argentina permanece en un período de falta de precipitaciones que se vio aumentado por el fenómeno de La Niña que, en la actualidad, se encuentra al límite de moderada.

"Salir de una sequía es un proceso lento que requiere de varios eventos de precipitación normales y que transiten en el tiempo", señaló la meteoróloga. Asimismo, advierte que "tras una sequía tan prolongada, las lluvias intensas no serían lo mejor ya que la capacidad del suelo de absorción es menor. Si precipita mucha cantidad de agua en poco tiempo, se transforma en escorrentía que erosiona el suelo, quita sus nutrientes y arrasa cultivos".

Un antecedente que hay que considerar es que tanto en la región del Litoral como en el norte de la provincia de Buenos Aires, zona productiva que se encuentra muy afectada por la sequía, el otoño suele ser una estación lluviosa, momento que coincidiría con el fin de La Niña.

En el caso de esto se cumpla, a menos de que se produzca de forma intensa, sería beneficioso ya que el último informe de la Dirección Nacional de Riesgo y Emergencia Agropecuaria de enero indica que en diciembre de 2022 se observó un aumento de 10 millones de hectáreas en riesgo de sequía en el país respecto de noviembre, por lo que se totalizaron 175 millones de hectáreas en esa situación.

Por otro lado, los índices de humedad de suelo en zonas amplias del territorio nacional, se encuentran por debajo de los requisitos hídricos de cultivos y pasturas, principalmente en el centro y con fuertes caídas en el Litoral.

En ese sentido, la previsión climática del SMN para febrero y marzo pronostica precipitaciones dentro del rango normal o inferior al promedio en el Litoral, en el norte, centro como así también en el sur de la Patagonia, mientras que dentro del promedio para la época en la región de Cuyo, este de Patagonia en las provincias de La Pampa y Buenos Aires. Por otra parte, para el oeste de la Patagonia se espera que llueva lo normal o más y que se supere la media en el noroeste del país.

Más allá de los pronósticos y de las sucesiones de períodos secos y húmedos que se dan normalmente, investigadores advierten modificaciones en las condiciones climáticas en las últimas décadas.

"Lo que está cambiando es la forma en cómo llueve. A lo mejor en un mes llueve la misma cantidad que otros años en los que no hubo problemas en el mismo período, pero a partir de una precipitación intensa por tres días consecutivos y el resto del mes no pasa nada. Desde el punto de vista agrícola esto es perjudicial", sostuvo la investigadora del Conicet y del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Facultad de Exactas y Ciencias Naturales (FCEN) de la Universidad de Buenos Aires, Olga Penalba.

En base a estudios, la investigadora señala al cambio climático como responsable de un aumento de la variabilidad y de eventos extremos como lluvias intensas y de períodos secos de más de 15 días sin lluvias (o precipitación inferior a un milímetro) en algunas regiones del país.

"Después de una quincena o más días sin llover, el suelo queda desquebrajado y prácticamente no puede absorber las lluvias intensas. Entonces el agua se pierde o el suelo se degrada", finalizó la especialista, que se desempeña como directora de la Maestría en Meteorología Agrícola de FCEN y de Agronomía.

 

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