

El ministro de Economía, Luis Caputo, lanzó una advertencia pública ante un posible aumento del 3,5% en los precios de los autos de la compañía Stellantis, una de las principales automotrices del país. La reacción se dio tras la difusión de un posteo periodístico que informaba sobre esa suba, prevista para mañana.
“No creo que sea así. Si fuera cierto, sería un cambio en la relación de confianza construida con esta industria”, escribió el funcionario a través de sus redes sociales.
Y fue más allá: “Si se rompe esa confianza, que tanto costó construir, nosotros usaremos nuestras herramientas para defender a los consumidores”.
De este modo, el titular del Palacio de Hacienda dejó claro que no descarta tomar medidas si se confirma el incremento.
La reacción se enmarca en una estrategia más amplia del Gobierno para contener los precios sin controles formales, pero con señales y presiones al sector privado. Días atrás, Caputo había celebrado la actitud de los supermercados, que se negaron a aceptar listas con aumentos de parte de empresas alimenticias.
Aunque el ministro no especificó cuáles serían esas “herramientas” que aplicaría, fuentes del oficialismo deslizan que podría tratarse de sanciones, frenos administrativos o bloqueos en la cadena de comercialización.
El Gobierno busca sostener el descenso en la inflación mensual, que en marzo fue del 11%, y se juega buena parte de su credibilidad económica en la estabilidad de precios de los próximos meses.