

La Cámara Federal porteña confirmó este lunes el procesamiento del expresidente Alberto Fernández por hechos de violencia de género contra su expareja, la ex primera dama Fabiola Yañez, en una decisión que lo deja a un paso del juicio oral.
El fallo fue dictado por la Sala II del Tribunal, con los votos de los jueces Martín Irurzun y Eduardo Farah, y la disidencia de Roberto Boico, según consta en la resolución de 82 páginas a la que accedió la Agencia Noticias Argentinas.
Fernández fue procesado por el delito de “lesiones leves y lesiones graves agravadas por haberse cometido en un contexto de violencia de género y por amenazas coactivas”. Además, la Cámara confirmó un embargo de 10 millones de pesos sobre sus bienes, y rechazó los planteos de nulidad formulados por su defensa.
“Es probable que los delitos se hayan cometido del modo en que fueron descriptos por las partes acusadoras”, afirmó Irurzun, quien hizo hincapié en las condiciones particulares en que habrían ocurrido los hechos: “Sucedieron en un ámbito muy especial (la Quinta Presidencial de Olivos), fuertemente custodiado por funcionarios federales bajo el mando de Fernández”.
El camarista subrayó que la víctima “tuvo que practicar una suerte de reclusión en un espacio para huéspedes de la residencia”, donde padeció un “alto grado de aislamiento”, auxiliada únicamente por familiares directos que también declararon en la causa.
Yañez, según el fallo, “era alguien que notoriamente estaba en una situación de desigualdad de poder, al interior y exterior de la pareja, con relación a su victimario”, y su denuncia fue interpretada como un pedido de auxilio ante una situación persistente.
El procesamiento ratificado hoy replica lo dispuesto previamente por el juez federal Julián Ercolini, a instancias del fiscal Ramiro González.
En disidencia, el camarista Boico votó por dictar la falta de mérito y pidió una investigación más profunda. Sin embargo, con la mayoría consolidada, el exmandatario queda en condiciones de enfrentar un juicio oral, lo que representa un hecho inédito en la historia judicial argentina para un expresidente por este tipo de delitos.