

A un mes y medio de instalado el nuevo gobierno, la CGT llevó a cabo el primer paro general contra el presidente Javier Milei, en rechazo al mega DNU de desregulación de la economía y la ley ómnibus que se debate een la Cámara de Diputados. Sus principales dirigentes, entre ellos los que se encuentran Héctor Daer y Pablo Moyano, dirigieeron una movilización ante el Congreso, en la que la central obrera destacó no se sintió con la contundencia de otras jornadas de protesta sindical.
Durante la jornada de protesta se vio en acción el protocolo antipiquetes dictaminado por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich en los alrededores del Congreso debido al volumen de una convocatoria que reunió a figuras del kirchnerismo duro, referentes de la izquierda y de movimientos sociales, y a las principales cabezas sindicales.
De todo el arco político opositor que se resiste a las reformas impulsadas por el oficialismo que se replicó en las principales ciudades del país. La CGT sostuvo que en la ciudad de Buenos Aires se movilizaron 600.000 manifestantes y que llegaron a 1,5 millones a nivel nacional, y la ministra Bullrich afirmó que solo se movieron 40.000 personas en territorio porteño.
La medida de fuerza, que dificultó la circulación en el centro porteño concluyó con un acto en un palco montado sobre la avenida Entre Ríos, de espaldas al Congreso.
“Un peronista no puede votar este DNU que va en contra de los trabajadores, en contra de los jubilados y de la soberanía nacional”, señaló Pablo Moyano, que abrió el acto. “Les pedimos a los diputados que tengan dignidad, que tengan principios, que no se ofendan si algún compañero les dice algo en los medios. Les pedimos que no traicionen a los trabajadores, que no traicionen a la doctrina del peronismo”, añadió Moyano. “Estamos para exigirles a los diputados y diputadas que hacen campaña cantando la marcha peronista, y cuando tienen que rechazar una ley que va en contra de lo trabajadores, se esconden y tenemos que ir a buscarlos a su despacho”, apuntó.
Por otro lado, Héctor Daer, el otro integrante de la cúpula cegetista que tomó la palabra, sumó presión a los legisladores: “Ningún diputado se puede hacer el distraído. El DNU desregula la economía. Quieren destruir los derechos individuales, colectivos, los sindicatos y destruir la acción sindical. Atacan a las organizaciones sindicales, a los trabajadores, a la cultura. Apuntan contra todo lo popular, a privatizar el deporte”.
El punto de quiebre en la relación con el oficialismo se dio con el DNU dictado por el Presidente cuyo contenido tenía poco que ver con las conversaciones concretadas con el ministerio del Interior Guillermo Francos. Aparte de la implementación de un fondo de cese laboral, preanunciado ya en la plataforma de La Libertad Avanza, el oficialismo avanzó con medidas que trastocan a los gremios. Entre las modificaciones se encuentra la reducción de la indemnización por despido, la ampliación del periodo de prueba a ocho meses, y la inclusión del bloqueo como causal de despido. Asimismo, el decreto tocó una de las cajas sindicales más importantes al incorporar la necesidad del consentimiento de los afiliados en el aporte de las denominadas “cuotas solidarias”.
Pasado el mediodía la avenida se vio bloqueada primero por los manifestantes, y luego por las fuerzas de seguridad que establecieron un cordón de contención que por momentos debió reforzarse con una segunda fila de uniformados. Con la huelga, la CGT rompió un récord.
“Que nadie se llame a equívoco, esta multitudinaria concentración es en defensa de nuestros derechos, de la división de poderes, de la democracia y de la Constitución Nacional”, dice el texto que difundió la CGT una vez concluido el acto. “Diputados y Senadores con independencia de los partidos políticos a los que pertenecen deben fortalecerse con esta marcha multitudinaria, para honrar el mandato político recibido y defender con su voto la división republicana de los poderes y la Constitución Nacional”, se lee en el documento.
La medida de fuerza reunió el descontento de casi todos los sectores opositores al Gobierno: A los camioneros, a los estatales, a los empleados de comercio y a los trabajadores de la construcción se sumó la CTA y la CTA autónoma, así como también los distintos espacios que componen Unión por la Patria, como el Frente Renovador del exministro Sergio Massa. Además de la izquierda, estuvieron presentes distintas organizaciones de derechos humanos y un sinfín de movimientos sociales, algunos de los cuales contaron con terminales políticas durante la gestión de Alberto Fernández.
Entre las organizaciones sociales, destacó la presencia de grupos piqueteros, como el Polo Obrero, liderado por Eduardo Beliboni, y la de las dos grandes organizaciones afines al anterior oficialismo: el Movimiento Evita, dirigido por Emilio Pérsico, ex funcionario del albertismo, y Barrios de Pie, liderado por Daniel Menéndez, también exfuncionario de la anterior gestión. Pasadas las 15, inició la desconcentración de la multitudinaria marcha convocada por la CGT.