El servicio de colectivos interurbano atraviesa momentos de incertidumbre debido a la reducción de frecuencias. En los últimos días, las cinco cámaras empresariales de colectivos que integran la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA) informaron una disminución del servicio en el orden del 50% por la brecha  entre las tarifas y los costos, sobre todo luego del incremento de los combustibles.

La medida coincide con la disminución del transporte de colectivos típico del período estival. En La Plata los usuarios consideran que hay menos frecuencia y se hacen eco de lo que pueda ocurrir respecto de la determinación de los empresarios. La incertidumbre se incrementa teniendo en cuenta la reducción de los subsidios que prevé implementar el gobierno nacional, lo que impactaría en el valor de la tarifa.

Tras el feriado de Navidad, usuarios de La Plata que retomaban sus actividades cotidianas advirtieron una baja frecuencia de los colectivos. Desde las líneas 214, 202 y 273 que administra la empresa Unión Platense, reportaron una merma de las unidades en el orden del 15 % en sintonía con lo que ocurre en los periodos de vacaciones de verano.

A pesar de ello, no emitieron información con respecto a la medida que rige en el AMBA. Asimismo, se esperan respuestas de otras compañías que operan en el Gran La Plata en relación a la medida que afecta a los pasajeros del Conurbano y la capital federal.

En ese sentido, desde AAETA se argumentó, luego de la decisión de fragmentar las frecuencias a la mitad, "estamos en un 20% mensual de inflación, que es una locura. Nosotros tenemos el mismo nivel de subsidios y tarifas que teníamos en agosto y septiembre, con lo cual todo lo que ha sido la inflación desde ese entonces no está reconocida y eso hace que las empresas, por ejemplo, no tengan dinero para comprar gasoil, que aumentó esta semana".

“Deben ajustar su frecuencia para brindar servicio hasta donde les alcanza su capacidad financiera", agregó Luciano Fusaro, vicepresidente de la entidad. Todavía sin autoridades en el Secretaría de Transporte a nivel nacional, desde AAETA se señaló que "hemos tenido algunas reuniones con el ministro de Infraestructura donde le advertimos que esto iba a pasar porque como hay un congelamiento tarifario y las cosas aumentan, nos es imposible sostener el servicio".

“No queremos traerle un problema al gobierno nuevo, pero la realidad es que el gobierno que se fue dejó este tema colgado sin definición y la inflación después se disparó. Esa es la realidad", sostuvo Fusaro.

De acuerdo a AEETA, con el aumento del combustible y la reducción de subsidios prevista, el boleto por el traslado del pasajero podría ubicarse en $797, lo que mantiene preocupados a los usuarios e implicaría una suba de $744,04 con respecto a los $52,96 que se paga en promedio en la región del AMBA.

Actualmente, el costo real de mover un pasajero está en "torno a los $800. Nosotros, entre tarifa y subsidios estamos recibiendo nada más que 400, es decir, hay una brecha del 50%, por lo que deberíamos duplicar el ingreso, ya sea por tarifa o por subsidio. Eso lo tiene que definir el Estado pero nosotros tenemos ese agujero, entonces por eso los servicios se reducen un 50% para cubrir esa brecha" resaltó la asociación.

Por su parte, José Troilo, presidente de la Cámara Empresaria Autotransporte de Pasajeros, aseguró que no se puede costear el servicio completo y que el colectivo debería valer 800 pesos. “Con lo que se recauda de los boletos no alcanza para cubrir los gastos. Los subsidios son el 90% del ingreso”, finalizó el presidente de la CEAP.