

Días antes de su salida de Aguas y Saneamientos Argentinos (Aysa), Malena Galmarini compró y repartió 10.000 cajas navideñas entre los 8000 empleados de la empresa y allegados que le costaron $119,9 millones a las arcas públicas, según consta en documentos que obtuvo LA NACION. Y las compró a una firma de San Fernando, su zona de influencia.
La firma O.A.G. SA entregó esas 10.000 cajas navideñas el martes 19 de este mes, días después de que el presidente Milei ordenara un fuerte recorte del gasto público al grito de “No hay plata” y mientras pedía el apoyo de los gobernadores para impulsar nuevas medidas de ajuste del gasto público a cambio de restablecer el impuesto a las Ganancias.
"Es una manera de paliar el desastre que está generando este nuevo gobierno", indicaron voceros de la funcionaria.
Junto a Galmarini invocaron esa renegociación de la deuda de Aysa como otro argumento para justificar el gasto por casi $120 millones en cajas navideñas. "La reestructuración de esas obligaciones negociables conllevó un ahorro de $6000 millones para la empresa, así que contextualicemos las cuentas de ingresos, gastos y ahorros", indicaron.
Según consta en la documentación que obtuvo LA NACION, la firma facturó $3029 por cada uno de los 10.000 panes dulces, por ejemplo, $1619 los 100 gramos de almendras con chocolate o $1225 el pudding de 300 gramos, valores que resultan difíciles de tabular y comparar en un contexto de alta inflación.