

El equipo del Fondo Monetario Internacional, dirigido por la Primera Subdirectora Gerente, Gita Gopinath, se reunió con Nicolás Posse y Luis Caputo, asesores económicos del presidente electo de la Argentina, Javier Milei. En el encuentro se debatieron la situación actual que atraviesa la Argentina y los planes para reforzar la estabilidad. Además, a través de un comunicado, el FMI afirmó que se trabajó en "sentar las bases de un crecimiento más sostenible".
Del encuentro formaron parte Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental; Luis Cubeddu, subdirector; Ashvin Ahuja, jefe de misión; y Ben Kelmason, representante residente senior.
Luego, Caputo y Posse se dirigieron al Tesoro junto con el embajador norteamericano en Buenos Aires, Marc Stanley, a efectuar su primera reunión. "Fue una muy buena reunión", aseguró Caputo en relación al encuentro en el Tesoro. "Excelente reunión", añadió Stanley.
Caputo y Posse acompañaron a Milei a la Casa Blanca, y más tarde caminaron hasta el Fondo, donde se reunieron junto a la subdirectora gerente, Gita Gopinath, y a Rodrigo Valdés y Luis Cubeddu, los dos funcionarios del staff con quienes Caputo debería renegociar el programa argentino, virtualmente congelado.
"Han debatido los complejos retos que se enfrenta el país y los planes para reforzar urgentemente la estabilidad y sentar las bases de un crecimiento más sostenible", señaló un portavoz del FMI en relación a la reunión. "Ambos equipos seguirán colaborando estrechamente en el futuro", agregó.
Además de Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental, y Cubeddu, subdirector, a la reunión asistieron Ashvin Ahuja, jefe de misión para la Argentina, y Ben Kelmason, el representante del Fondo en el país.
Dichas reuniones en el Tesoro y el Fondo, tildadas de "protocolares", pero en ellas comenzaron a perfilar el trabajo que iniciará el 10 de diciembre luego que de Milei se calce la banda presidencial, y Caputo, posiblemente, se mude al quinto piso del Palacio de Hacienda.
El Fondo solo puede negociar con una autoridades de un país, y con futuros presidentes o ministros. En ese sentido, Argentina permanece en un estado en el que el tiempo apremia, tanto desde el gobierno de Joe Biden como del Fondo dejaron en claro su predisposición a cooperar con el país.
La negociación con el FMI empieza bajo presión: en enero y diciembre, la Argentina tiene que pagar casi 4.000 millones de dólares para poder mantener el programa vigente y encarar la nueva renegociación con el organismo. En diciembre, el nuevo gobierno de Milei deberá afrontar un pago de 900 millones de dólares, que todavía no estan.
El primer contacto Caputo y Posse con el staff llegó luiego de que Milei mantuvo una charla virtual con la directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva. Milei comentó que esa conversación fue "excelente" y el Fondo se había mostrado colaborativo para resolver los problemas de la economía.
El diálogo abarcó alguno de los problemas más críticos que enfrenta la economía, incluidos la apertura del "cepo" y la unificación cambiaria, el ajuste fiscal inmediato y el de mediano plazo, con eje en la reforma del Estado, la modernización del mercado laboral, y cómo resolver los desequilibrios en el balance del Banco Central y abordar el frente inflacionario.
Esa charla virtual y la reunión que mantuvieron Caputo y Posse con el staff marcaron el puntapié de una nueva negociación, la tercera desde que la Argentina volvió a golpear la puerta del Fondo a principios de 2018 en medio de la corrida cambiaria que derribó el programa de Mauricio Macri.
En ese sentido, el Fondo en todo momento reclamó un plan "sólido y creíble". Luego de cuatro años de trabajo con el gobierno de Alberto Fernández, el Fondo se prepara ahora para reiniciar con el equipo económico de Milei, un presidente que parece dispuesto a atacar los problemas estructurales con una intensidad inédita.
Dichas negociaciones con el Fondo ofrecen motivos para la tirantez, y Luis Caputo, expresidente del Banco Central y ministro de Finanzas durante el gobierno de Macri, no es desconocido para el organismo.
Aunque la designación de Caputo como ministro de Economía, que aún no fue confirmada, fue bien recibida por los mercados, su gestión al frente del Central estuvo marcada por los choques con el staff del FMI, que en ese momento tenía como referentes principales para la Argentina a Alejandro Werner y Roberto Cardarelli.
A diferencia de sus dos antecesores, Milei tendrá un margen más estrecho en el Fondo, pero encontrará una predisposición similar.
Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, reiteró la reiterada solicitud a pedido de un plan "sólido y creíble", con un fuerte respaldo político.
Por su parte, Jay Shambaugh, subsecretario para Asuntos Internacionales del Tesoro, y un colaborador de la Secretaría del Tesoro, Janet Yellen, sostuvo en un discurso en septiembre que el Fondo "debe estar dispuesto a retirarse si un país no toma las medidas necesarias" para ser eficaz, un mensaje leído como un punto aparte con la Argentina. Pero Milei también llega con una visión y reformas más alineada con la filosofía del FMI que la de Fernández, o, incluso, la de Macri.