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Voces | 3 jul 2023

Educación

Especialistas aseguran que "el mayor problema está en la alfabetización temprana"

Dos profesionales en la materia le dieron su opinión a Periodata, luego de conocerse los catastróficos resultados de las Pruebas Aprender. El rol de los docentes, la familia, los gremios y cómo afectó la cuarentena a los alumnos


El 82,4% de los estudiantes del secundario terminan la escuela sin haber obtenido los conocimientos indispensables de Matemáticas. En Lengua, el porcentaje es del 43. Además, en todas las materias se observó un retroceso (en algunos casos más significativos que en otros) respecto a 2019.

Esos son los datos que arrojaron los resultados de las Pruebas Aprender que se dieron a conocer a fines de junio de este año. Es decir, son cifras oficiales. Y, sin duda alguna, demuestran el deterioro que la cuarentena provocó en la Educación.

En ese contexto, Periodata se comunicó con dos especialistas para intentar comprender cuáles son las fallas de un sistema que, como reflejó la investigadora del Conicet Ana Borzone, "es una estafa" para los alumnos y sus familiares. Ambas concluyeron que se trata de un problema mutlicausal, complejo, pero que puede revertirse.

"Una de las cosas que más me llama la atención de lo que observo en los chicos y las chicas, es la falta de motivación en relación al aprendizaje. No se observa un deseo, una curiosidad en relación al aprendizaje y a la Escuela en particular. No se sienten convocados", manifestó Mariana Colesnikow, Licenciada y Profesora en Psicopedagogía con una especialización en Procesos de Lectura y Escritura. 

En esa línea, añadió: "Hay una clara falta de motivación y de autoconocimiento respecto a lo que pueden hacer, la confianza en que pueden leer, en que pueden escribir solos; y desgano en relación a todas las actividades que estén vinculadas con la lectura, la escritura o el cálculo".

No obstante, Colesnikow remarcó que "hay una gran cantidad de chicos que aprenden a leer y a escribir en cuarto o en quinto año de primaria, cuando estas habilidades ya deberían haberse consolidado. Esto hace que el vínculo con la lectura y la escritura -que debería estar cargado de autonomía y curiosidad-, ya tendría que ser una herramienta que les permita aprender otras cosas con otra autonomía, que pueda llevarlos a conocer y a comprender textos más complejos, y tengan que hacer otras relaciones".

En tanto, para Magdalena Lacunza, “el principal problema está en la enseñanza de la alfabetización temprana. Desde hace cuarenta años se viene trabajando con una forma de enseñar, basada en los postulados de la psicogénesis, que propone que los chicos se aproximen al aprendizaje de la lectura y la escritura  observando la forma global de las palabras. Esto induce a errores, a adivinar y a entorpecer mucho los procesos del desarrollo de las habilidades que se precisan para aprender a leer y a escribir”.

Asimismo, la Profesora y Licenciada en Ciencias de la Educación y especialista en Alfabetización, indicó: “Como todos sabemos, la alfabetización es esencial para poder acceder a otros conocimientos, incluso el de las matemáticas. La alfabetización es transversal a todas las áreas”. 

María Magdalena Lacunza (izq) y Mariana Colesnikow (der)
 

LOS GREMIOS Y LA CUARENTENA

Lacunza no tiene dudas de que la cuarentena produjo severos retrasos educativos en los alumnos. "El largo encierro que se impuso durante el 2020 y 2021, provocó muchísimos inconvenientes, tanto en la educación, como en la psicología de los chicos. Sin embargo, el problema es anterior. Aunque algo trajo de bueno y es que los padres se dieron cuenta de lo poco que sabían sus hijos y se movilizaron mucho para promover un cambio", sintetizó.

Al respecto, Colesnikow opinó: "La cuarentena tuvo múltiples efectos. Uno de los principales es en el vínculo con otros: la Escuela es uno de los lugares primordiales donde se aprenden no solamente contenidos, sino también otras dinámicas, reglas, límites, que las pone gente que no es de la familia. Que eso no suceda, sobre todo en nivel inicial o primer grado, trajo efectos muy graves". 

Sobre la influencia de los gremios, Lacunza señaló que "representan poco los problemas reales de los docentes. Un docente de vocación se preocupa si sus alumnos no aprenden y pocas veces se ve a un gremio que luche en ese sentido. Desde ya que apoyo que a los docentes se los reivindique en su salario, pero eso no alcanza para revertir los problemas que estamos teniendo en la educación". No obstante, destacó que "en los últimos tiempos se nota el interés de políticos de algunas jurisdicciones. Algo está cambiando. Creo que tiene que ver con que hay mucha presión de los padres. Estoy convencida de que no es solamente un eslogan de campaña". 

Ahora bien, ¿cómo resolver estas problemáticas? Para Lacunza, es necesario modificar "la forma de enseñar". Hay que "basarse en las investigaciones y en la evidencia empírica. Ya se sabe cómo enseñar a leer y a escribir por el camino correcto. Pero para esto se necesita una decisión política. A los docentes los han perseguido, durante muchos años, para que aplicaran en el aula los postulados de la psicogénesis. Tienen que saber que hay una decisión de las autoridades de lograr que todos los chicos aprendan a leer y escribir en primer grado. Además hay que formarlos, porque hay muchos docentes de las últimas generaciones que ya no saben cómo enseñar, porque en los profesorados no les han explicado cómo hacerlo. Y por último, los chicos tienen que poder acceder a materiales de calidad. No puede ser que, al día de hoy,  el Ministerio de Educación Nacional esté repartiendo en los primeros grados libros escritos con imprenta mayúscula, cuando en el mundo no hay ningún libro escrito en ese tipo de letra", explicó.

Por su parte, Colesnikow sostuvo que “algo que me parece clave es que nosotros los adultos, tanto las familias desde los hogares como los actores del sistema educativo, tenemos que replantearnos qué les estamos ofreciendo a los chicos. Reflexionar sobre los resultados de esas prácticas, si la oferta que les damos tiene un buen rendimiento, si está funcionando, si los logros son los que nosotros estamos esperando alcanzar, si vemos que los chicos están motivados con la tarea o no”.

“Y”, continuó, “si no observamos esas cosas somos nosotros los que tenemos que cambiar la óptica. En las Escuelas encontramos una gran heterogeneidad en relación a los grupos y eso es realmente muy complejo de abordar para los docentes; tiene que ver con si respetamos los tiempos de cada uno o si no les estamos ofreciendo la mejor manera de que se apropien de los aprendizajes, de que desarrollen las habilidades que tienen, que las potencien, que tengan ganas de aprender más, que lean o escriban por placer. Hay que hacer esa diferenciación entre respetar los tiempos de cada uno, pero también monitorear si lo que nosotros estamos ofreciendo como adultos es efectivo o no”.
 

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