

"Si llegamos a las PASO compitiendo como dos facciones no va a haber acuerdo después” con vistas a las elecciones generales del 22 de octubre, sentenció uno de los máximos referentes del PRO que observa que la polarización interna, que se manifiesta con cruces entre los candidatos del partido pero que tiene algunas réplicas en el propio radicalismo, le podrían restar chances electorales a Juntos por el Cambio.
En el “partido amarillo” espera una dura campaña entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, pero la disputa podría tener repercusiones en Provincia donde no hay señales que la fuerza vaya a competir con un candidato único, como sí se decidió en CABA. Es por ello que el larretista Diego Santilli enfrentará a Néstor Grindetti, el postulante que acompañará a la exministra de Seguridad en la boleta.
En ese sentido, el mayor temor estaría en lo que podría suceder en los municipios si los intendentes no pudieran postularse con la boleta en “Y”, que les permitiría despegarse de la “batalla” que se libra entre los dos presidenciables del espacio.
Más allá de las bravuconerías como las que enunció el senador provincial Joaquín de la Torre contra el alcalde porteño, a quien “invitó” a bajarse de la pelea por caer en los niveles de aceptación en las encuestas, el episodio que prendió las señales de alarma en JxC fue lo sucedido en Santa Fe en las últimas horas.
Por su parte, la precandidata a gobernadora Carolina Losada apuntó duro contra su rival en la interna, el también radical Maxi Pullaro a quien relacinló con el narcotráfico, lo tildó de ser “una persona oscura” y de hacer campaña sucia en las redes sociales para perjudicarla. La también senadora no sólo cuestionó al diputado de la línea interna “Evolución” sino a su virtual jefe político, Martín Lousteau, a quien apuntó por haber ideado la resolución 125 que desató el conflicto con el campo en 2008, tal como había ironizado Cristina Kirchner.
Es que la polarización interna que asoma entre las propuestas de Larreta y de los denominados “halcones del PRO” hacen temer una campaña dura, con mensajes agresivos cruzados, que impidan que el 14 de agosto el eventual ganador pueda impulsar los votos cosechados por la coalición opositora. Tampoco está claro de qué forma va a jugar el radicalismo en la presidencial, que tiene a Gerardo Morales y Facundo Manes como aspirantes, pero buscando posicionarse sin la tensión que impera en el “partido amarillo”.
Actualmente, Mauricio Macri, fundador del espacio, continúa abocado a recorrer el país insistiendo que el candidato que busque suceder al kirchnerismo en el poder “necesariamente deberá ser alguien que garantice el cambio”, como mencionó en su visita a Tucumán, en lo que pareciera otro gesto hacia el campamento de Bullrich. En el larretismo no desconocen que el expresidente está “muy inclinado” hacia la precandidatura de la exministra de Seguridad.
La falta de acuerdo entre los dos presidenciables evitó que ambos compitan con un mismo candidato a gobernador, lo que podría poner en riesgo la elección de la Provincia si el postulante del libertario, Javier Milei, eventualmente se ubicara en segundo lugar en la primaria del 13 de agosto. “A la gente no le podes explicar que tenés que sumar lo que sacaron los dos candidatos de JxC, que eventualmente pudieran quedar en tercer y cuarto lugar en las PASO, entonces el voto útil rumbo a las generales se nos puede escapar”, consideró un referente partidario bonaerense.
En ese sentido, el mayor temor es a una “batalla campal” a nivel municipal en los 22 distritos bonaerenses que gobierna el espacio en caso que se abriera la competencia interna.
Se vienen tres semanas decisivas para la interna del armado opositor. Por lo que continuarán las negociaciones en el seno del “partido amarillo” para intentar minimizar las fricciones. Pero aún todo puede pasar y el cierre de listas del 24 de junio tampoco asoma sencillo.