domingo 17 de agosto de 2025 - Edición Nº2447

Rosca | 28 mar 2023

15.000 pesos cada trabajo

Espionaje ilegal: El acusado confesó que vigiló a funcionarios de Pro y a jueces

Elías Ezequiel Nuñes Pinheiro, un joven de 22 años, reconoció que fue él quien invadió el teléfono del exministro Marcelo D’Alessandro y otros aparatos para clientes que afirmó no conocer


El hackeo a un ministro, a un juez federal o a un fiscal es mal pago en la Argentina. Cuesta sólo 15.000 pesos. Así lo afirmó Elías Ezequiel Nuñes Pinheiro, un joven de 22 años, oriundo de Eldorado, Misiones, frente a la titular de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas de la Justicia porteña, Daniela Dupuy. 
Nuñes Pinheiro fue acusado de haber irrumpir en decenas de teléfonos; entre ellos, los del exministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, otros dos funcionarios de Pro y al menos tres magistrados en la mira del kirchnerismo, incluidos dos de los que condenaron a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad. No negó ninguna de las acusaciones, al contrario, admitió los hechos.
“Le interesaba desligar al resto. Insistió varias veces en que no tenían nada que ver”, señaló una fuente tribunalicia al tanto de su declaración, en la que Nuñes Pinheiro desvinculó a su padre y a los restantes acusados: Antonio Aquino, Julio César Escobar y Cecilia Mercado. Además, aportó indicios sobre su metodología de trabajo y de selección de víctimas.
De acuerdo a Nuñes Pinheiro, una de sus fuentes recurrentes de ingresos era la intrusión ilegal de teléfonos móviles mediante SIM-swaps, la duplicación de los chips para hacerse con el control de los dispositivos y acceder a su contenido, que podía abarcar desde la agenda de contactos a los intercambios de mensajes por servicios como Telegram. En ocasiones, se movía por interés propio, pero en otras lo hacía por encargo de terceros.
“Dijo que estaba acostumbrado a trabajar así”, detalló una fuente judicial. Un tercero -que no se identificó por su nombre real- le pidiera que hackeara el teléfono de un “objetivo” a cambio de $15.000 que podían abonar a través de alguna plataforma de criptomonedas.
“Nuñes Pinheiro dijo en un momento que a él le daba igual quién” era la persona en la mira. O, como los llamó, su “objetivo”. Lo empleaban para eso y actuaba en consecuencia. Así es como accedió de manera ilegal al contenido de los teléfonos del entonces ministro D’Alessandro, que luego difundieron, por tramos en Internet.
Los “objetivos” comprenden a otras personas que estaban en la mira del actual Gobierno. Desde el diputado nacional y precandidato a gobernador bonaerense por Juntos por el Cambio, Diego Santilli, hasta el juez de la Cámara Federal de Casación Penal, Gustavo Hornos, y dos de los integrantes del tribunal oral que condenó a la vicepresidenta, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso.
Nuñes Pinheiro afirmó ignorar quién o quiénes lo contrataban para efectuar tareas de espionaje ilegal. Asimismo, precisó que jamás mantuvo un encuentro personal con esas personas y que apenas una vez escuchó la voz de uno de ellos, que cree que no era porteña, ni bonaerense, sino que era como él, oriunda de Misiones, debido a que utilizó el término “Gurises”.
Luego de escuchar al ahora hacker confeso, según indicaron desde los tribunales porteños, la fiscal Dupuy buscará avanzar sobre el siguiente eslabón de esta trama de espionaje ilegal con la esperanza de llegar hasta sus autores intelectuales, con varias medidas de prueba. Entre ellas, el análisis de los mensajes que intercambió Nuñes Pinheiro - en el caso de que no fueran eliminados de manera definitiva- y la revisión de quince dispositivos electrónicos.
Dichos dispositivos, cuyo contenido completo se copió durante los allanamientos que se llevaron a cabno en Eldorado la semana pasada, son cinco celulares Iphone, dos teléfonos Samsung, cuatro celulares Motorola, una Apple Macbook y tres notebooks. Todo eso se encuentra bajo revisión.
Los investigadores judiciales buscan precisar, si Nuñes Pinheiro ingresó por su cuenta al sistema del Registro Nacional de las Personas (Renaper) por medio de la plataforma de trámites a distancia (TAD) que depende de la Jefatura de Gabinete o si contó con apoyo interno para crear las credenciales identificadas como “Mme_2″, “MME2vpn(99)” y “MME” con las que accedió a datos sobre D’Alessandro y otras víctimas.
Un movimiento en particular de Nuñes Pinheiro cuando avanzó contra sus víctimas por encargo levantó sospechas dentro de la Unidad Fiscal. Para ingresar al sistema Nosis, Nuñes Pinheiro creó un perfil falso a nombre de Nicanor Moreno Crotto, quien trabajó para Marcos Peña, en la Jefatura de Gabinete, durante la presidencia de Mauricio Macri.  

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