

A través de un comunicado oficial, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) dio a conocer estadísticas oficiales sobre la situación de los niños en nuestro país arrojando que dos de cada tres se encuentran en situación de pobreza o, en su defecto, no tienen acceso a los derechos básicos, como el acceso a la educación, protección social, vivienda, baño adecuado, agua o a un hábitat seguro.
En números aproximados, serían 8,8 millones los que poseen carencias económicas o algún derecho fundamental y 3,7 millones enfrentan ambas situaciones de forma simultánea en donde 3 de cada 10 niños viven en hogares con ingresos insuficientes y, al mismo tiempo, tienen al menos un derecho básico denegado, siendo esto una cifra que viene en aumento hace más de seis años según detalla el informe realizado.
Por otro lado, otro aspecto a mencionar tiene que ver con el entorno de estos chicos y el trabajo que sus padres poseen. El documento expresa que nueve de cada diez viven en familias en las que el papá y/o la mamá trabaja, lo cual permite darnos cuenta que esa situación les impide vivir en condiciones dignas. En su mayoría, estos trabajos son informales o las relaciones laborales son precarias.
A partir de esta informacion con respecto al empleo, Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión de UNICEF Argentina se expresó al respecto: “El tipo de empleo marca la diferencia. La tasa de pobreza de niñas y niños que residen con personas ocupadas formalmente disminuye al 32%, y aumenta al 60% cuando viven con adultos ocupados en la informalidad. Este dato nos permite observar que no se sale de la pobreza creando cualquier tipo de empleo, sino empleo decente, es decir, protegido y de calidad”.
Por último, Luisa Brumana representante de UNICEF en Argentina también decidió dar su parecer y concluyó: “La magnitud y persistencia de la pobreza generan la necesidad urgente de proteger las partidas presupuestarias destinadas a infancia y adolescencia. El presupuesto es un factor clave en la reducción de la pobreza de chicas y chicos. Es fundamental priorizar las políticas públicas y, particularmente, los programas de protección de ingresos que han demostrado ser una herramienta potente para mitigar la pobreza y, sobre todo, la pobreza extrema”.