En medio de una interna importante dentro del Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández decidió recoger el guante ante la presión del kirchnerismo duro que ayer se reunió en Merlo para evaluar los pasos a seguir de cara a las elecciones.

En el gobierno explican que la Mesa Nacional debería tener representación de todos los sectores del frente oficialista y asumir que será convocada sólo para discutir reglas de juego y estrategias de campaña.

Ahora, el ala dura del kirchnerismo que insistía con la creación de la Mesa Nacional para forzar el desplazamiento de la candidatura de Alberto Fernández y colocar -en su lugar- a Massa, De Pedro o eventualmente al gobernador Axel Kicillof, deberá decidir si participa o no.

“Wado” de Pedro es el precandidato de Máximo y compañía, ya que es el que mejor mide en ese espacio interno tras su enfrentamiento con Alberto Fernández. Y detrás lo siguen Kicillof y el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich.  

Esta decisión de Alberto llega apenas unas horas después de la reunión en Merlo. Bajo el auspicio de Máximo Kirchner, el peronism bonaerense exhibió su poderío interno y anunció la creación de una mesa provincial para fijar la estrategia electoral. A esa mesa no fue invitado el presidente.

En este cuadro de situación, Alberto incomoda al ala dura kirchnerista. La decisión de ir por una reelección está tomada aunque sabe que no será fácil competir contra Juntos por el Cambio. Por lo tanto, no descarta jugar otras cartas, aunque las manos serían Daniel Scioli o Sergio Massa.