La consultora internacional IBI, cuyo presidente es el prestigioso periodista Douglas Farah, reveló en un informe que la provincia de Santiago del Estero “no solo es un importante centro de tránsito de cocaína, también es un importante nuevo punto de entrada a Argentina del Primer Comando Capital (PCC de Brasil), una de las pandillas carcelarias más grandes y criminalizadas del hemisferio”.

El estudio presenta a Santiago del Estero como una "provincia sofocante y empobrecida" situada "en la Argentina rural", sobre la ruta 34 "uno de los caminos más importantes" para el transporte de cocaína "de América del Sur". La mencionada autovía "atraviesa la frontera sur de Bolivia hacia el corazón de Argentina, cruzando otros caminos que transportan los productos ilícitos al sur y este a los puertos del Atlántico, y al oeste sobre la costa al Pacífico de Chile", añade.

El texto prosigue: "Atravesando la región, hay cientos de carreteras secundarias que sirven como pistas de aterrizaje para aviones pequeños" que transportan "drogas desde Bolivia y Perú, que luego se introducen en la red regional de distribución [...] que en los últimos años se desplazó en dirección opuesta, del norte al sur América hacia el Cono Sur, a como lo hizo históricamente". En ese marco, "Santiago del Estero es una coyuntura clave en el mapa emergente del comercio mundial de cocaína", explica.

Asimismo, IBI detalla que "según las estadísticas oficiales argentinas, el consumo interno de drogas se duplicó de 2010 a 2019. Las lluvias de 'pólvora blanca' trajeron claros beneficios a Santiago del Estero y otras provincias en norte argentino. Esta provincia (por S. del E.) casi no tiene base impositiva, tiene pocos trabajos fuera del gobierno y una de las tasas de homicidio más altas del país".

Cuando los autores del informe viajaron hacia el territorio gobernado por Gerardo Zamora, hallaron "una región y un gobierno llenos de contradicciones, intrigas y flujos de efectivo inexplicables que alimentan una de las máquinas políticas más poderosas y sofisticadas en el país".

IBI consta de un equipo de 15 investigadores experimentados con antecedentes en reportajes de investigación, aplicación de la ley, inteligencia y academia, todos con amplia experiencia en políticas y campo regional. Sus análisis han identificado con precisión y, en algunos casos, predicho desarrollos regionales clave.