

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó este miércoles que el valor de la Canasta Básica Total (CBT) y la Canasta Básica Alimentaria (CBA) crecieron un 7,1% en septiembre, superando el índice mensual de inflación que se ubicó en el 6,2%, reflejando así que una familia de cuatro integrantes necesitó $128.214 para no ser pobre y $56.732 para no ser indigente.
Ambos datos son decisivos para medir el impacto de la crisis económica en los indicadores sociales. Eso sucede porque la canasta básica –que además de alimentos incluye otros ítems del gasto como indumentaria, salud, transporte o educación– determina la denominada “línea de pobreza”. Es decir, los hogares con ingresos menores a la CBT son los que pasan a ser considerados pobres.
De la misma manera, la canasta alimentaria –que tiene un alcance limitado a bienes de primera necesidad– es la que configura la “línea de la indigencia”: aquellas familias que no lleguen a cubrir los ingresos necesarios para adquirir la CBA son indigentes.
El Indec había informado que la pobreza llegó a 36,5 por ciento y alcanzó a 17,3 millones de argentinos en el primer semestre de 2022. En tanto, el nivel de indigencia fue del 8,8 por ciento en los primeros seis meses del año.
Cabe recordar que la inflación de septiembre fue de 6,2% y desaceleró respecto de agosto, cuando alcanzó el 7% (tras el piso del 7,4% de julio). En tanto, en los últimos 12 meses acumuló un incremento del 83%, el más elevado en tres décadas, según informó este viernes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Además, en los primeros nueve meses del año la inflación acumulada llegó al 66,1%.