

El Presidente de la Nación, Alberto Fernández, anunció la Estrategia Nacional de Salud Mental, en la que promueve la creación de dispositivos de cuidados, guardias interdisciplinarias 24 hs y la implementación de telemedicina en la que se desarrollen interconsultas en el abordaje de casos complejos, además de la ampliación de los programas ya existentes (RISAM, SUMAR, REMEDIAR).
En ese sentido, el Colectivo de radicales con la Ley Nacional sobre Salud Mental mostró su descontento en relación a las contradicciones que encontraron en la propuesta del mandatario, teniendo en cuenta que se basa en realizar la implementación del modelo del Hospital Bonaparte, una institución monovalente especializada en salud mental y consumos problemáticos.
Esto se debe a que la principal solicitud del colectivo es que no se continúe utilizando hospitales monovalentes (psiquiátricos) como sedes teniendo en cuenta que lo que “se trata es priorizar el modelo comunitario”.
El Vicepresidente del Sistema Integrado de Salud Pública de Tandil y Ex Director Nacional de Salud Mental del Ministerio de salud de la nación, Luciano Grasso, en diálogo con PERIODATA señaló que “estamos frente a una situación en donde la salud mental no ha formado hasta ahora parte de la agenda pública” lo que es un grave problema debido a que en estos últimos dos años, en parte a causa de la pandemia, en nuestro país incrementaron los padecimientos mentales.
Con respecto a las adicciones, el colectivo señala que se necesitan “políticas públicas claras y no menos enunciados”.
En ese sentido consideraron que “no puede enunciarse un programa para el fortalecimiento de la red de abordaje intersectorial en la atención integral de los consumos” y solicitaron la incorporación de nuevas residencias interdisciplinarias en salud mental.
A pesar de ello, Grasso consideró que los sistemas de salud, por lo menos desde la perspectiva de políticas públicas nacionales, se vieron retraídos “al contrario de lo que debería de haber sucedido” teniendo en cuenta que el Gobierno nacional tendría que haber priorizado la salud mental a través del Ministerio de Salud.
Además, señaló que actualmente existen dos grandes problemas en materia de salud mental, uno es “la enorme brecha entre las personas que tienen problemas de salud mental. Hoy estamos hablando de aproximadamente una de cada cuatro personas que tiene o tuvo algún padecimiento mental, y la capacidad de respuestas del sistemas salud es mucho menor a la que deberíamos tener”. El otro es que hay más de 12.000 personas que están viviendo en hospitales psiquiátricos y Grasso aseguró que dichos pacientes “deberían ser externados y vivir en comunidad” para lo que se tendrían que generar los dispositivos adecuados.
Por último, Grasso sostuvo que se debe “avanzar en capacitación a todo el primer nivel de atención para dar respuesta a problemas de salud mental que se discontinuaron” durante el confinamiento por la Pandemia producto del Covid-19.