

¿Qué pasa en China? Una pregunta difícil de responder para quienes vivimos a más de 19500 kilómetros de Shanghái, la ciudad más grande del país asiático y uno de los centros financieros y económicos de mayor importancia en el mundo. La información oficial que reciben las agencias internacionales es, como poco, sesgada e incompleta. Sacar conclusiones periodísticas objetivas con esos datos parciales es imposible.
Sin embargo, la tecnología, cada vez más accesible para la ciudadanía, modificó la agenda del régimen chino. Hoy, cualquier persona con un celular y una conexión a Internet puede mostrar parte de lo que ocurre en la República Popular China.
Desde hace tiempo, el epidemiólogo y experto en economía de la salud, Eric Feigl-Ding (quien nació en Shanghái), relata en sus perfiles de las redes sociales diversas situaciones que atraviesan sus familiares. Además, fue uno de los que primero advirtió del brote de BA.2 -una versión de la variante ómicron del coronavirus- en su tierra natal, que impulsó al gobierno de Xi Jinping a cerrar por completo la ciudad. En un extenso hilo de Twitter publicado ayer, Feigl-Ding expuso la alarmante realidad que viven sus compatriotas, con el hambre y la censura como principales dilemas.
El primer mensaje publicado es un video en el que, según el científico, un hombre predice que la gente “no aguantará mucho más” y advierte de una posible tragedia, en medio de un griterío general por la falta de alimentos. Se trata de una filmación casera, hecha desde uno de los edificios en los que los residentes claman por comida.
Para “calmar” o, mejor dicho, “pacificar” a quienes reclaman, un drone supuestamente controlado por personal gubernamental, visita los balcones de las torres con un discurso inequívoco: “Por favor, cumpla con las normas COVID. Controle el deseo de libertad de su alma. No abra la ventana para cantar”.
Residents in #Shanghai screaming from high rise apartments after 7 straight days of the city lockdown. The narrator worries that there will be major problems. (in Shanghainese dialect—he predicts people can’t hold out much longer—he implies tragedy).pic.twitter.com/jsQt6IdQNh
— Eric Feigl-Ding (@DrEricDing) April 10, 2022
A esa escena tomada de un cuento de Philip K. Dick, se le suma otro componente extraído de un cuento de ciencia ficción. Se trata de los policías que patrullaban las calles de Shanghái con sensores que detectan el calor colocados en los cascos, para detectar a quienes podían estar afiebrados.
Luego de conjeturar que China se encuentra en un “punto de quiebre” en relación al brote de Covid, Feigl-Ding añadió una presunta grabación reciente entre un policía y un ciudadano. Éste le dice al uniformado que atravesará la barricada para que lo metan preso y le den de comer en prisión; mientras que el otro le responde que, en caso de ser detenido, lo devolverán a su casa. “Ni siquiera sabemos dónde podemos comprar comida afuera", le asegura el agente.
BREAKING—China’s grip on BA2. At least 23 cities in China on full or partial lockdown—cities with over 193 million residents. Food shortages throughout even Shanghai. Doctors and nurses also exhausted—this doctor collapsed, and was carried off by patients at an isolation center. pic.twitter.com/raJlRNEezC
— Eric Feigl-Ding (@DrEricDing) April 9, 2022
7) Of course, Chinese govt doesn’t condone balcony singing or & protesting. And of course, a govt drone appears: “Please comply with COVID rules. **Control your soul’s desire for freedom**. Do not open window to sing.” ➡️yes the drone actually said that.pic.twitter.com/LSGOY9vQbz
— Eric Feigl-Ding (@DrEricDing) April 10, 2022
En este punto, el narrador recordó la Gran Hambruna que azotó al país entre 1959 y 1961, causando la muerte de entre 15 a 55 millones de personas. De nuevo, es complicado obtener cifras certeras que provengan de fuentes oficiales.
Con todo, el epidemiólogo detalló que “La Gran Hambruna es ampliamente considerada como la más mortífera y uno de los mayores desastres provocados por el hombre en la historia de la humanidad".
Posteriormente, apuntó los porcentajes de muertes que sufrieron las provincias afectadas: Anhui (18% muertos), Chongqing (15%), Sichuan (13%), Guizhou (11%) y Hunan (8%).
Según la agencia Reuters, el Consulado de EE. UU. en Shanghái tuvo que mendigar comida para sus marines de EE. UU. usando WeChat, la app de mensajería que no está prohibida en China. "Los marines agotaron sus provisiones y ya no pueden recibir entregas; si les sobran una o dos comidas para 7 bocas adicionales, estarían muy agradecidos", fue el mensaje enviado por los funcionarios estadounidenses.
En este combo catastrófico no faltan los saqueos en supermercados y los ataques a caravanas cargadas con alimentos. Tampoco quienes ofrecen frutas y verduras hasta quince veces su valor normal.
Y todo lo sabemos gracias al buen uso de la tecnología.