La directora adjunta del FMI, que responde a Kristalina Georgieva, comprendió la definición política del Ministro de economía, Martín Guzmán y finalizaron la comunicación.

Los dos asumen que la negociación se estancó, y que el trámite parlamentario del acuerdo se postergará a pesar de que el 22 de marzo hay un vencimiento por 2.800 millones de dólares.

La diferencia política está vinculada a la redacción final que tendría el Staff Agreement sobre los desembolsos que hará el FMI para refinanciar la deuda de 44.000 millones de dólares que contrajo el expresidente Mauricio Macri en 2018.

Kozack propuso una redacción que Guzmán primero, y luego el presidente, rechazaron por sus implicancias políticas e institucionales afuera y adentro del Gobierno.

Hasta ese momento, la negociación avanzaba entre Guzmán y el equipo del Fondo. Vilma Ibarra habitaba la Casa Rosada para ajustar los detalles técnico-legales, y Gabriela Cerruti preparaba su conferencia de prensa para anunciar que el acuerdo con respecto a las tarifas ya estaba cerrado.

Pese a la invasión de Rusia a Ucrania, Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, facilitaba la negociación de la Argentina, y Kristalina Georgieva aparecía flexible a las propuestas que llegaban desde el Palacio de Hacienda. Sullivan había cumplido con su promesa a Jorge Argüello, embajador en DC, y la directora gerente cumplía las instrucciones que llegaban desde el ala oeste de la Casa Blanca.

Pero el proceso quedó suspendido cuando un pedido del staff, por fuera del guión oficial, surgió en las negociaciones. Alberto Fernández rechazó la exigencia, Guzmán aceptó la instrucción presidencial y las negociaciones quedaron suspendidas hasta al mediodía (10 AM en DC).

La discrepancia política trabó la firma del Staff Agreement y su posterior envío a la Cámara de Diputados.

Alberto Fernández tiene un límite interno y un desafío con la oposición política. Desde esta perspectiva, el texto del acuerdo puede implicar una derrota parlamentaria. La exigencia del FMI sobre los desembolsos, y su traducción al español, complicaría el trámite parlamentario del acuerdo con el FMI.

El presidente y su ministro de Economía no tienen el apoyo de Cristina Fernández de Kirchner y de La Cámpora, y Juntos por el Cambio se fracturó durante la Asamblea Legislativa. En ese sentido, la aprobación legislativa del acuerdo corre peligro, y la Argentina se acerca a un nuevo default.

Alberto Fernández esperaba enviar el acuerdo a Diputados hoy a la mañana. Ahora, aseguran que llegará al Congreso por la tarde. Sólo es una promesa política, que depende de Kristalina Georgieva.