domingo 23 de junio de 2024 - Edición Nº2027

Voces | 4 ago 2021

Marina Kienast

Educación: hay que centrarse en lo urgente sin descuidar lo importante

Precandidata a legisladora porteña por "Republicanos Unidos".


¿Qué es hoy importante? Que nuestros hijos vayan a la escuela. Pero eso no sucede en muchas partes de nuestro país desde hace un año y medio por la suspensión de la presencialidad, producto de la decisión del Gobierno que ignora cualquier afirmación científica. Aún antes de la pandemia, pocas veces se cumplía a rajatabla con el calendario educativo: las pujas entre el gobierno de turno y los gremios docentes hacían y hacen que cada año el comienzo del ciclo lectivo se retrase y que los chicos pierdan semanas de clases por los paros a lo largo del año. 

Es urgente que declaremos a la educación como un servicio esencial, impidiendo que las clases sean interrumpidas. Como sociedad debemos priorizar la formación de los chicos, dándoles así la libertad de elegir su futuro. Frente a dirigentes gremiales que parecerían defender sólo su propio interés corporativo, como Roberto Baradel o Eduardo López, la respuesta está en garantizar el derecho a la educación consagrado en nuestra Constitución.

En 1884 se promulgó en nuestro país la ley 1420 de educación común, gratuita y obligatoria. Fue la piedra fundante de una Argentina, donde durante décadas, la educación fue la escalera que posibilitó que millones de personas mejorasen año a año su calidad de vida y asegurasen a la generación siguiente un futuro de trabajo y prosperidad.

A casi 140 años de esa ley, el país vive en materia educativa, como en tantos otros frentes, una situación dramática. La educación hace décadas que no es prioridad de nuestros gobiernos y esto quedó a la vista sobre todo este último año y medio, cuando se sacrificó el futuro de nuestros chicos (y de la sociedad entera) condenándolos a la pobreza, a la marginalidad, aumentando las desigualdades sociales y económicas.

"Todos los problemas son problemas de educación", dijo alguna vez Domingo Faustino Sarmiento. Y quien fuese maestro y presidente argentino tenía mucha razón. La salida a muchos de los males que hoy nos aquejan se encuentra en una profunda reforma del sistema educativo, un sistema que fue diseñado en el siglo XIX para implementarse en el mundo del siglo XX, y sigue hoy vigente. Es momento de revolucionar el modelo para entrar de una vez por todas en el siglo XXI, a la era de la información.

Hoy todo está a un clic de distancia: desde una receta de cocina hasta artículos de las más prestigiosas revistas científicas con los descubrimientos más actuales. Nunca la información fue tanta y nunca fue tan accesible. Por eso, el modelo tradicional de escuela, donde el maestro es concebido como única fuente de transmisión de conocimientos a los alumnos, está agotado. 

¿Qué debe ser hoy una escuela? Debe ser el lugar donde nuestros hijos aprendan a aprender. Donde se potencie la capacidad creativa de los chicos, se los anime a romper siempre con los límites de lo que se considera posible. La información es sobreabundante y de fácil acceso. Lo valioso es saber identificar la información que nos es útil, a interpretarla correctamente, a aplicarla al desafío que se nos plantea. 

Repensar el modelo educativo implica embarcarse en cambios profundos, donde los efectos de los mismos se verán recién en una o dos décadas. Pero eso no significa que no haya cambios que se puedan abordar y que tengan un efecto inmediato en la calidad educativa argentina. Es fundamental que lo urgente no ceda ante lo importante, pero también es vital centrarse en lo urgente para no descuidar lo importante. 

¿Qué debe ser hoy una escuela? Debe ser el lugar donde nuestros hijos aprendan a aprender. Donde se potencie la capacidad creativa de los chicos, se los anime a romper siempre con los límites de lo que se considera posible. La información es sobreabundante y de fácil acceso. Lo valioso es saber identificar la información que nos es útil, a interpretarla correctamente, a aplicarla al desafío que se nos plantea. 

Repensar el modelo educativo implica embarcarse en cambios profundos, donde los efectos de los mismos se verán recién en una o dos décadas. Pero eso no significa que no haya cambios que se puedan abordar y que tengan un efecto inmediato en la calidad educativa argentina. Es fundamental que lo urgente no ceda ante lo importante, pero también es vital centrarse en lo urgente para no descuidar lo importante. 

 

 

Fuente: https://visionpolitica.info/contenido/3117/nota-de-opinion-educacion-hay-que-centrarse-en-lo-urgente-sin-descuidar-lo-impor

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