

La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) volvió a cuestionar a la dirigencia política hoy, en su mensaje navideño, por la “febril obsesión de instaurar el aborto en la Argentina”. La crítica tiene lugar en la previa de la discusión de la iniciativa, que impulsa el Ejecutivo, que tendrá lugar en el Senado el próximo 29 de diciembre.
La CEA afirmó que mientras hay "miles de cuestiones sanitarias y sociales a resolver" y sostuvo que el país necesita "una ardua reconstrucción: de las fuentes de trabajo, de la educación, de las instituciones y de los lazos fraternos".
En un texto de dos carillas difundido durante la mañana de hoy, titulado “¿Por qué no renovar la esperanza?”, las autoridades eclesiásticas afirmaron: “En estas últimas semanas el panorama se ha ennegrecido: la opción política pasó a ser una incomprensible urgencia, una febril obsesión por instaurar el aborto en Argentina, como si tuviera algo que ver con los padecimientos, los temores y las preocupaciones de los argentinos”.
“Otra cosa sería defender los derechos humanos de los débiles de tal manera que no se los neguemos aunque no hayan nacido”, agregaron.
En relación al proyecto de legalización del aborto, que ya cuenta con media sanción de Diputados, la comisión permanente de la CEA indicó que, “para quienes esperan empezar un año mejor, esta agenda legislativa no les trae esperanzas”.
“Hay miles de cuestiones sanitarias y sociales a resolver, que requieren toda nuestra atención: desde los problemas de la vacunación hasta la cantidad de personas muy enfermas que este año no han recibido adecuada atención médica, pasando por las mujeres que sufren violencia o no tienen un trabajo digno. Pero lo que se les ofrece en este momento duro e incierto es el aborto, y eso es un golpe a la esperanza”, plantearon los obispos.
En otro tramo del mensaje navideño, los obispos señalan que la fiesta de la Navidad "nos hace pensar en la dignidad de cada vida, nos recuerda cuánto vale un ser humano" y recuerdan que el Papa Francisco en su última encíclica insiste en que "la pandemia no nos deje iguales sino que nos vuelva más apasionados para defender toda vida: la vida de un anciano, de un discapacitado, de un enfermo, de un niño por nacer".
"Así, este tiempo se convierte en un fuerte llamado a la solidaridad, al cuidado mutuo, a ser capaces de ponernos al hombro las penas de los demás", expresan y concluyen: "Que la pandemia no nos impida imaginar y soñar un país más humano y fraterno".
"Abrazamos con todo cariño a cada argentina y a cada argentino. Pedimos que Jesús, María y José se hagan presentes en los hogares, para que podamos empezar un año mejor", finaliza la declaración.