jueves 20 de junio de 2024 - Edición Nº2024

Voces | 27 nov 2020

Opinión, por Néstor Nélida

De clases, indignidades y despelotes en dos funerales simbólicos

"Velar a Diego Armando Maradona en un edificio oficial era, cuanto menos, un error ciclópeo. Nada estaba preparado"


A horas de comenzado el mes de noviembre, fecha en la que se cumplió el día 226 de la cuarentena, Axel Kicillof dijo en una entrevista al canal oficialista C5N que desde el Gobierno “queremos volver a clases, pero en condiciones que no se contagien los chicos”. La frase no fue acompañada de ninguna evidencia empírica que probase tal sentencia; incluso estudios recientes indican lo contrario (por ejemplo, este de Nature, o de la Asociación Americana de Escuelas de Medicina, entre otros). No obstante, la aclaración no debería sorprender: la posición de los funcionarios era conocida.
 
Más significativa, a efectos explicativos, fue la justificación posterior que aportó el gobernador bonaerense. Con su capacidad discursiva, señaló que “operativamente (reabrir escuelas y jardines) es un despelote”. 
 
Luego de observar algunas de las imágenes de la tropelía que el “pueblo” (lo entrecomillo por considerar la definición un embuste izquierdista del lenguaje) llevó a cabo en el edificio de la Casa Rosada y en las calles porteñas, entendí a qué se refería el ex ministro de Economía nacional.
 
Velar a Diego Armando Maradona en un edificio oficial era, cuanto menos, un error ciclópeo. Los accesos no estaban preparados para recibir el seguro caudal de gente que iría a saludar al controversial personaje, la sala en la que colocaron el féretro tampoco. Los barras, ligados más a la política que al deporte, habían tomado la plaza de Mayo desde la madrugada, y la droga y el alcohol corrían en un pasamanos descontrolado. 

"Aseguraban que “Protección Civil del Ministerio de Seguridad de la Nación dispuso cuatro postas sanitarias” y que “el Ministerio de Defensa de la Nación, por su parte, colocó siete postas sanitarias para brindar asistencia a quienes las necesiten”. 

 
En la página oficial argentina.gob.ar, puede leerse todavía que “la coordinación del velatorio de Diego Maradona en Casa Rosada se encuentra a cargo de Presidencia de la Nación”.  En ese mismo comunicado, aseguraban que “Protección Civil del Ministerio de Seguridad de la Nación dispuso cuatro postas sanitarias” y que “el Ministerio de Defensa de la Nación, por su parte, colocó siete postas sanitarias para brindar asistencia a quienes las necesiten”. 
 
Mientras se escribía el texto, en las inmediaciones de la Rosada las latas de cerveza se compartían de boca en boca. Algunos lo hacían acompañados de menores.
 
Como no podía ser de otra forma, en el punto álgido de los desmanes desde el Frente de Todos se lanzó un relato. El ministro del Interior, Wado de Pedro, culpó a la “Policía de la Ciudad de Horacio Larreta” de “reprimir” a “lo popular”. Lo propio hizo la Secretaría de Derechos Humanos, la misma que cubrió con silencio los atropellos cometidos en los señoríos feudales del norte argentino y las injusticias de las que fueron víctimas Abigail Jiménez (12), Solange Musse (36) y Mauro Ledesma (23), por nombrar sólo tres casos de claras violaciones a los Derechos Humanos de una lista de más de 30 personas. Todos hechos ocurridos durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por el Gobierno de la Nación.  
 
A la luz de la realidad irrefutable, las declaraciones de Kicillof cobran otro cariz. O, mejor dicho, pone de manifiesto la sinceridad del mandatario de la provincia de Buenos Aires. Para este rejunte de sujetos, organizar se ha vuelto una faena engorrosa, una Misión Imposible, en fin, un “despelote”. 

"Los mismos que no quieren retornar a las escuelas, que declaman el apocalipsis sanitario en las redes, en sus gacetillas y en cuanto micrófono tienen cerca, el jueves decidieron homenajear a Maradona in situ"

Del otro lado de esta verdad que se mostró agorera, se descubre la otra parte de una insostenible situación en términos educativos. La de los gremios. 
Los mismos que no quieren retornar a las escuelas, que declaman el apocalipsis sanitario en las redes, en sus gacetillas y en cuanto micrófono tienen cerca, el jueves decidieron homenajear a Maradona in situ. No me es ajeno el simbolismo de una imagen que deberíamos grabarnos en la memoria: la del guardapolvo blanco colgado en las rejas perimetrales de la Casa Rosada, con la espalda escrita en fibra verde. En el mensaje puede leerse “Por tus clases de dignidad, hasta siempre Diego”.  

En 10 años, quizás menos, padeceremos las consecuencias de este desinterés por la educación. Las aulas continúan cerradas y en ellas no se dictan clases. La indignidad, en cambio, se observó por todos los canales de aire del país y también en el resto del mundo. Queda claro, entonces, que el funeral no fue sólo para el ex futbolista.

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