

Después de atravesar una operación en su cabeza por la aparición de un hematoma subdural, Diego Maradona recibió el alta de parte de su médico personal Leopoldo Luque y se retiró de la Clínica Olivos donde pasó sus últimos días tras la intervención quirúrgica.
Maradona dejó la clínica minutos antes de las 18 a bordo de una ambulancia, ante buena cantidad de medios que registraron su salida y varios fanáticos, y arribó a Nordelta a las 18.35, donde también se hicieron presente algunos hinchas para recibirlo.
A partir de ahora, continuará su recuperación por el cuadro de abstinencia (vinculado al consumo de alcohol y a la medicación que tomaba por sus problemas de ansiedad y para conciliar el sueño) en una casa de la zona Norte y no volverá, por el momento, a su residencia en Brandsen, donde se había mudado para estar cerca del predio de entrenamiento de Gimnasia.
"Diego pasó el momento más duro de su vida. Fue un milagro detectar el derrame que le pudo quitar la vida y eso se dio debido a la gran intervención de su médico Leopoldo Luque, quien ya había visto el edema en septiembre pasado", dijo Morla en las primeras horas del día.
Las visitas a Maradona serán selectivas. El propio Morla confirmó que habrá un listado con las personas autorizadas para verlo y que el mismo Diego determinará quién y cuándo podrá hacerlo.
En su flamante residencia, Maradona contará con un enfermero las 24 horas del día que tendrá habitación propia para la convivencia. La casa con múltiples ambientes ya está equipada y oportunamente amueblada. El seguimiento por parte del cuerpo médico personal de Pelusa será constante. Una de las bajadas de línea es que en la casa no puede haber una gota de alcohol en ninguna circunstancia.