

Cuando suceden hechos políticos, siempre empieza el análisis de los ganadores y perdedores. A veces algunos se pierden en estos cálculos, fruto de no estar imbuidos en las entrañas de la política y no extender la mirada más allá del cortísimo plazo. Dadas esas deficiencias, vamos a tratar de esbozar un breve instructivo que sirva de guía para futuras ocasiones.
Empecemos por establecer cinco aspectos:
Para ejemplificar cómo funcionan estos cinco criterios, vamos a pararnos desde 4 actores claves en la resolución de la crisis policial: Alberto, Cristina, Kicillof y Rodríguez Larreta.
Alberto:
Gana políticamente porque le resuelve un problema al gobernador, lo hace con plata ajena y queda bien con CFK al ayudar a su protegido y romper lazos con el alcalde porteño. Pierde políticamente al seguir cediendo a los pedidos de Ella y ayudándole a JxC a resolver su propio debate entre halcones y palomas. Pierde en la opinión pública al seguir desgastándose con el segmento moderado que lo votó confiando en qué Él no era como Ella.
Cristina:
Gana políticamente porque le resolvieron el problema a su protegido con dinero ajeno, de modo de no introducir ruidos en el FdT, y se sale con la suya al obligar a Alberto a que rompa lanzas con HRL. Simbólicamente es toda ganancia para ella porque se afirma como la jefa indiscutida. En la opinión pública su balance es neutro porque ni gana, ni pierde: su núcleo duro le será fiel haga lo que haga; los votantes moderados del FdT no le confiaban antes de las elecciones y tampoco ahora. Costo más allá del corto plazo: un Alberto debilitado no es tan útil para amortiguar futuras crisis, si todo los actores de peso empiezan a pensar –como ya está sucediendo- que hablar con El ya no tiene mucho sentido, porque al final las decisiones de fondo las avala o no Ella.
Kicillof:
Políticamente fue a pérdida, ya que no previó la crisis policial, queda claro que no tiene control sobre su ministro de seguridad y necesito que el presidente le resuelva el problema, además de cristalizarse su aislamiento político dentro del FdT fuera del apoyo de Cristina. Obtuvo recursos de libre disponibilidad, que no es menor, pero ahora se le dispararon nuevos conflictos con otros gremios del sector público (amenaza de barril sin fondo). En cuanto a opinión pública, va de neutro a negativo, ya que no logró mostrar ni anticipación, ni liderazgo.
Rodríguez Larreta:
Lo principal que perdió fue dinero, pero fuertemente compensado por el lanzamiento de su candidatura presidencial, facilitada por Alberto y Cristina. Políticamente también le hicieron el favor de volverlo halcón por un rato, lo cual además unifica a la oposición y diluye el debate interno (y por eso la reacción de Macri con una carta, para equilibrar su inusitado protagonismo). El otro beneficio es en la opinión pública, ya que va consolidando su imagen positiva en los moderados que votaron a Alberto, que además le da una ventaja en el mediano plazo.
Como se podrá ver, el cálculo tiene varias aristas y es más complejo que un simple titular mediático o una lectura lineal de superficie. Cierro citando dos refranes populares que se aplican perfectamente en estos análisis: 1) pan para hoy, hambre para mañana (propensión a ver solo los beneficios de corto plazo), y 2) el que ríe último, ríe mejor (manejar el timing es clave).
P.D.: muchas gracias a todos l@s lector@s que pierden su valioso tiempo en seguir esta columna semana a semana; muchos me expresan su reconocimiento en las redes sociales y en privado por Whatsapp; otros por timidez o por ser poco tech no lo hacen pero cada tanto recibo sus alabanzas.