Durante una audiencia que mantuvo con miembros de la fundación italiana "Banco Farmacéutico", el Papa Francisco declaró que "sería triste si en la entrega de la vacuna se diera prioridad a los más ricos". Y pidió que la vacuna que se descubra "sea universal y al alcance de todos", sin darle prioridad a los países más ricos y sin que ninguna Nación sea la dueña.

"La reciente experiencia de la pandemia, además de una gran emergencia sanitaria en la que ya han muerto casi un millón de personas, se está convirtiendo en una grave crisis económica, que genera pobres y familias que no saben cómo salir adelante", afirmó el Papa.

"Sería triste si en la entrega de la vacuna se diera prioridad a los más ricos o si esta vacuna pasara a ser propiedad de esta o aquella nación, y ya no fuera para todos. Debe ser universal, para todos", agregó.

Francisco lamentó que haya "poblaciones del mundo" que "no tienen acceso a determinados fármacos" y dijo que "a nivel ético, si existe la posibilidad de tratar una enfermedad con un fármaco, este debe estar al alcance de todos, de lo contrario se crea una injusticia".

Finalmente, alertó sobre el "peligro de la globalización de la indiferencia" y defendió "la globalización de la cura, es decir, la posibilidad de que todas las poblaciones tengan acceso a los fármacos que podrían salvar muchas vidas".