Deebido a las fuertes bajas registradas en los meses de marzo, abril, mayo y junio, cuando más impactaron las medidas implementadas para morigerar el avance del coronavirus, en agosto se registró una caída en las ventas con una sensible disminución respecto a las de julio pasado, de alrededor de 10 puntos porcentual, cuando retrocedieron 27.7% interanual.

Mientras en la región del AMBA la retracción fue de 33%, en el resto del país la caída fue de 9,4% interanual, por la mayor flexibilización en las actividades relacionadas con el comercio. De esta forma sellega al promedio de 17,8% del país.

La CAME manifestó, a través de un comunicado: “Si bien muchas ciudades del interior normalizaron su actividad, el cumplimiento de los protocolos, los menores ingresos de las familias, los altos niveles de endeudamiento y la menor circulación de gente en las calles, siguen afectando el consumo”.

La entidad pyme reconoce que esta última situación resultó “más difícil” en la región AMBA, “donde el aislamiento social, preventivo y obligatorio es más estricto”.

Todos los rubros finalizaron en baja en agosto, incluso aquellos considerados esenciales como alimentos, farmacias o materiales eléctricos y ferreterías.

El rubro con menor caída interanual fue -al igual que en los meses previos- nuevamente Farmacias (-4,9%), siempre en base a la medición por cantidades vendidas. En tanto, el segundo rubro con menor descenso anual en agosto fue Alimentos y bebidas (-6,7%).

Los rubros con mayor desplome anual fueron: Relojería, joyerías y bijouterie con una baja de 38,1%; Indumentaria, con una caída anual de 32%. Esto se debe a la falta de poder adquisitivo de las familias, la menor demanda de esos productos debido a las estadías largas en el hogar y el cumplimiento de protocolos que limita la cantidad de gente que puede entrar a los locales.