El Gobierno Nacional oficializó la baja de retenciones a las exportaciones agropecuarias, en una medida que busca mejorar la competitividad del sector y dar alivio fiscal al campo. De esta forma se reducirán las  alícuotas de derechos de exportación para las principales cadenas de producción agrícola.
La decisión quedó formalizada con la publicación del Decreto 877/2025 en el Boletín Oficial y trae consigo los siguientes números: entre los cambios aprobados se destaca que la retención de soja pasará del 26% al 24%, que la de subproductos de soja bajará de 24,5% a 22,5%, y que los tributos para trigo y cebada caerán de 9,5% a 7,5%. Además, maíz y sorgo verán una reducción de 9,5% a 8,5%, mientras que la retención sobre girasol se ubicará en 4,5%, frente al 5,5% anterior. 
Desde la Secretaría de Agricultura, que difundió el comunicado oficial, explicaron que “eliminar las retenciones ha sido siempre una prioridad para este gobierno” y que el proceso continuará “en la medida que las condiciones macroeconómicas así lo permitan”. 
Por otro lado, la cartera destacó que la medida fue diseñada para mejorar la competitividad de la agroindustria, sector que representa cerca del 60% de las exportaciones del país, y que el campo argentino “seguirá creciendo, generando empleo, impulsando el desarrollo en cada región del país y fortaleciendo la presencia de Argentina en los mercados del mundo”. 
Así, según el texto oficial, la reducción de retenciones se plantea como parte de un camino gradual hacia una menor presión fiscal sobre las exportaciones, con la mirada puesta en dinamizar la producción, aumentar el flujo de divisas y consolidar a la agroindustria como motor de la economía nacional. 
“El camino es claro: menos impuestos, más producción, más oportunidades y trabajo para todos los argentinos”, destacaron desde Nación.
La decisión se produce en un contexto donde el sector agropecuario exige alivio impositivo luego de años de tributos elevados sobre granos y subproductos, y donde el Gobierno busca traducir los anuncios en incentivos concretos para impulsar las ventas externas y la liquidez del campo.