

La sede central de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) fue hoy la dirección de un hecho de gran tensión a partir de la movilización de familias, trabajadores y prestadores del sector de la discapacidad que derivó en incidentes.
La jornada comenzó de manera pacífica, en base al reclamo por la implementación de la Ley de Emergencia en Discapacidad, aprobada por el Congreso pero vetada por el presidente Javier Milei, además de la actualización de aranceles y salarios que permanecen congelados desde hace meses.
Sin embargo, la situación pasó a mayores a partir de un incidente causado por un grupo de manifestantes indignados que intentó ingresar al edificio por la fuerza.
Luego de la principal molesta de los concurrentes por la suspensión de la reunión prevista con el interventor Alejandro Vilches para discutir los aranceles del sector, un grupo de los indignados intentó ingresar al edificio y derribó parte del vallado metálico, forzando la entrada principal.
“Esto se desbordó, rompieron la entrada y ahora están entrando, rompiendo directamente las oficinas”, relató una periodista de A24 que transmitía en vivo desde el lugar. En el interior había poco personal administrativo y de seguridad, algunos de los cuales se refugiaron en sus despachos.
“Fue una escena de mucha angustia; la gente gritaba, se escuchaban vidrios romperse, había desesperación”, contó una testigo.
Por su parte, uno de los delegados sindicales intentó explicar el trasfondo del incidente, dando luz sobre el desfinanciamiento que ha sufrido el sector en el último tiempo: “Estamos trabajando sin aumento, con contratos precarios y compañeros que cobran menos de la canasta básica. Nadie nos escucha. Hoy la gente explotó”, expresó.
Los empleados de la ANDIS reclaman salarios congelados desde principios de año, mientras que los prestadores aseguran que las tarifas no se actualizan hace más de doce meses. Además, desde el Foro de Discapacidad, su presidente Pablo Molero cuestionó la falta de ejecución presupuestaria: “La agencia recibió $121.000 millones para otorgar aumentos. Ese dinero alcanza para mejorar los aranceles en tres meses, pero no lo hacen”.
En este sentido, también se expresaron representantes de Atacadis, el gremio de transportistas especializados, quienes advirtieron que la situación “es límite”: “Nos pagan el litro de nafta a $541 cuando cuesta $1.700. Estamos trabajando a pérdida. Nunca vivimos algo así”, señalaron.