

El pasado martes 30 de septiembre el Gobierno Nacional anunció a través de un decreto un gran avance para la privatización de Nucleoeléctrica Argentina, la empresa que se encarga de las tres centrales nucleares en funcionamiento: Atucha I, Atucha II y Embalse.
Con la firma del presidente Javier Milei y del Ministro de Economía, Luis Caputo, en el Boletín Oficial se publicó la medida que significó la privatización parcial del organismo, ya que se repartirán las acciones entre el Estado y los privados.
El esquema de privatización establece que el 5% del capital accionario será destinado a los trabajadores bajo el Programa de Propiedad Participada, mientras que el Estado conservará el 51% a través de la Secretaría de Energía y la Comisión Nacional de Energía Atómica. El 44% restante será licitado en un proceso nacional e internacional, según había anticipado el vocero presidencial Manuel Adorni.
Sobre esto, el Ejecutivo explicó que el objetivo es “asegurar la continuidad de las operaciones de la empresa de manera eficiente y competitiva”. En este sentido, será el Ministerio de Economía, en su carácter de Autoridad de Aplicación, quién deberá dictar las normas operativas y complementarias, con la intervención de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas.
Hasta ahora , la participación accionaria de Nucleoeléctrica estaba distribuida entre el Ministerio de Economía (79%), la Comisión Nacional de Energía Atómica (20%) y Energía Argentina S.A. (1%). Por lo que, estas tenencias deberán transferirse a la Secretaría de Energía para concretar el procedimiento de venta.
Nucleoeléctrica es una de las pocas empresas estatales con superávit. En el primer trimestre de este año registró un resultado financiero positivo de 17.234 millones de pesos. En conjunto, sus tres centrales nucleares tienen una potencia instalada de 1.763 MW y aportan alrededor del 7% de la electricidad que consume la Argentina.