

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) emitió nuevas estimaciones para la economía argentina que indican una moderación del crecimiento frente a lo previsto unos meses atrás. En su informe reciente, el país aparece con un crecimiento estimado para este año de 4,5%, lo que representa una baja de siete décimas respecto de la proyección de junio.
El recorte se explica, según los analistas del organismo, por varios factores adversos: hay señales de desaceleración del consumo privado, un perfil menos dinámico en las exportaciones, retracción del crédito, y contracción en sectores clave como la industria y la construcción.
En paralelo, la inflación estimada para fin de 2025 fue revisada al alza: la OCDE proyecta que cerrará el año en 39,8%, lo que supone un aumento de varios puntos porcentuales sobre sus previsiones anteriores. Para 2026, se anticipa una tasa de inflación de 16,5%, siempre bajo la condición de que no se agraven los desequilibrios actuales.
Para el año próximo, la proyección de crecimiento económico se mantiene más estable, alrededor de 4,3%, aunque los riesgos políticos, financieros y externos son advertidos como factores que podrían alterar ese escenario si empeoran las condiciones internas o globales.