

En medio de un clima político complicado para el Gobierno Nacional, llegan peores noticias con la subida del riesgo país a 829 puntos básicos, un salto de 100 puntos en una sola jornada, por la caída de los bonos soberanos en el arranque de la semana.
A principios de esta semana cayeron los títulos de deuda que emite el Estado para financiarse, una forma de pedir dinero prestado a inversores, locales o extranjeros, a cambio de prometer que se devolverá con intereses antes del plazo de vencimiento.
Esta situación es preocupante porque los bonos soberanos sirven como “termómetro” de la confianza de los inversores en Argentina, el riesgo país sube porque los inversores temen que el Gobierno no pague.
En este caso, los inversores huyeron de los activos argentinos por el ruido político y la puja con los bancos, provocando caídas de hasta 3,5% en los títulos y disparando el riesgo país.
Este es un indicador elaborado por el banco JP Morgan, que define la sobretasa que debe pagar el bono de un país por sobre la que pagan los bonos del Tesoro de los Estados Unidos.
Así la preocupación del Estado sube porque si el riesgo país sube, a este le cuesta más endeudarse afuera. Se trata de un termómetro de la “salud financiera” de un país: cuanto más alto, más aislado queda de los mercados internacionales.
La necesidad actual desde la cúspide libertaria, entonces, es que este indicador se desplome a la zona de 300/400 puntos para poder empezar a planear la refinanciación de la deuda en dólares que vence en 2026.
Sin embargo, en Casa Rosada hay confianza en que se logre esta meta en el próximo tiempo, luego de que se despeje la incertidumbre electoral.