

Según un nuevo informe en la población bonaerense “coexisten dos universos bien diferenciados”, se trata de una polarización basada principalmente en la decisión que tomaron en la instancia de balotaje en las últimas elecciones nacionales.
La Facultad de Psicología de la UBA publicó los resultados de su estudio Termómetro Psicosocial y Económico, que se realizó sobre una muestra de 1,090 personas de CABA y Provincia de Buenos Aires.
En el índice se advierte que “la polarización no es solo política, sino también emocional y cognitiva, y se expresa con nitidez en los resultados del estudio.”
En ese sentido, uno de los primeros puntos de separación es la palabra que utiliza la población para describir su estado de ánimo actual. Mientras que los votantes de Javier Milei, actual presidente de la nación, eligieron “esperanza” y “optimismo”, dando cuenta de un clima de expectativas favorables hacia el futuro; en los votantes de Sergio Massa predomina una “percepción de contexto adverso, tanto en lo personal como en lo social”, con la selección de emociones negativas como “incertidumbre” y “angustia”.
Por otro lado, la evaluación también se encuentra dividida en cuanto al bienestar general:un 41% siente que está mejor (mucho o algo), mientras que un 46% percibe que está peor (algo o mucho). En el mismo caso que en el punto anterior, para los votantes oficialistas el bienestar percibido mejora y, en oposición, cae entre los votantes de Massa, de los cuales un 73% señala estar “algo o mucho” peor.
Sin embargo, hay un dato transversal, el 86% de los encuestados considera que “los problemas económicos afectan su salud mental”, lo que desde la UBA destacan como “una señal clara del impacto psicosocial de la crisis económica prolongada, más allá de la posición política”.
“Estas diferencias configuran dos cosmovisiones ideológicas y morales opuestas. Hay una fractura en la forma de leer la realidad nacional que refuerza la idea de que no solo hay una grieta política, sino también una escisión cognitiva y emocional estructural”, resaltan en el informe.
Estos resultados no sólo significan la existencia de dos universos emocionales bien diferenciados, sino también demuestran que “las emociones, las ideas sobre el país, la percepción del futuro económico y la valoración de la vida cotidiana están profundamente influidas por la identidad política”.
Por último explicaron que “esta segmentación no solo marca diferencias estadísticas, sino que configura modos distintos de habitar la realidad. Entender estos climas emocionales en tensión es clave para pensar la subjetividad social en el contexto argentino actual.”