

La ex jefa de Estado Cristina Kirchner asumió la presidencia del Partido Justicialista (PJ) a nivel nacional y en la provincia de Buenos Aires ya se preparan para la pulseada interna que se avecina en el peronismo por el armado de las listas de candidatos de cara a las elecciones legislativas del año que viene. La también ex vicepresidenta encabezó un acto en la sede de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), en la Capital Federal, desde donde procuró marcarle la cancha al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, en medio de las tensiones en la relación que ambos mantienen por estos días.
"A los dirigentes de nuestro partido muchas veces los veo convertidos en militantes electorales. Tienen que volver a ser militantes políticos", remarcó Cristina, que agregó: “Hablo de quienes tenemos responsabilidades dirigenciales". En el mismo sentido, pidió “actitud” y “comprensión” para “no creer que la historia empieza cuando uno llega o termina cuando se va”. “Esto no es así. La historia no es así y el peronismo tampoco. Lo digo por los peronistas tardíos", enfatizó. Los comentarios de “La Jefa” en la UMET fueron interpretados como un dardo teledirigido hacia la figura de Kicillof, que en septiembre del año pasado había propuesto componer “nuevas canciones” dentro del justicialismo, lo que marcó un quiebre en su vínculo con la agrupación ultra-kirchnerista La Cámpora.
Desde entonces las tensiones han ido en aumento, como quedó demostrado el lunes pasado incluso, con la forzada “foto de unidad” que el peronismo intentó exponer a partir del encuentro de Cristina con Kicillof en Moreno, donde prácticamente no se dirigieron la palabra. “Se manejó mal todo eso, como todo lo que maneja La Cámpora”, dijeron a Periodata fuentes cercanas al gobernador provincial. “Axel fue un rato, porque tenía que cumplir con su agenda de actividades, tenía compromisos y gente que lo estaba esperando, y desde el minuto uno lo estuvieron chicaneando”, agregaron. “Ellos querían conseguir una torpe y mal lograda ‘foto de unidad’ antes de la asunción de Cristina como presidenta del PJ nacional. Realmente estuvo todo muy picado en Moreno y después de eso, Axel no iba a ir al acto (en la UMET) para quedar súper regalado en medio de un escenario en el que no está bien la relación personal con Cristina”, indicaron las mismas fuentes.
“Porque además ya sabemos cómo son, te dan las pulseritas, dejan pasar a uno solo y después adentro te agarran de a dos o de a tres y se hacen los picantes”, subrayaron, en referencia a la ausencia de Kicillof en el evento que encabezó la ex mandataria este miércoles en el barrio porteño de Balvanera. “No fue nadie al acto, los gobernadores no fueron; la imagen que dejó el acto es una imagen de mucha debilidad de Cristina”, resaltaron. Así y todo, en la provincia de Buenos Aires saben que deben prepararse para la contienda interna que se avecina en filas del peronismo: nada más ni nada menos que el armado de las listas de cara a los comicios legislativos de 2025. “Ellos están adelantando la discusión por las boletas y lo que nos están diciendo es, ‘No le vamos a dar nada a ustedes’”, consideró la fuente consultada por Periodata.
En este contexto, en los pasillos de la Gobernación bonaerense estiman que es poco probable que Kicillof salga a confrontar públicamente con Cristina, aunque sí ven posible que se abran disputas en determinados distritos o jurisdicciones en donde La Cámpora no luce, a priori, tan fortalecida como para intentar imponer condiciones. “A Cristina nunca le importó el partido en 20 años de política”, dijo la misma fuente. Entonces, ¿por qué decidió asumir la conducción del PJ nacional? “Para condicionar el armado de listas”, agregó. De todos modos, la misma fuente consideró que están dadas las condiciones para que Kicillof y sus aliados políticos se lancen a pulsear contra el kirchnerismo en determinados distritos. ¿Por ejemplo? En Lanús, donde la gestión del camporista Julián Álvarez, según entienden en la Casa de Gobierno provincial, no goza de buena salud. En esa comuna se especula con la posibilidad de que el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, patrocine un armado electoral que, en caso de concretarse, le restaría votos al oficialismo local.
Sin ir más lejos, tras su faltazo al acto de entronización de Cristina, el propio Kicillof se mostró este jueves en Avellaneda con Ferraresi, uno de los principales “enemigos políticos” de La Cámpora en la Provincia y que, según aseguran en su entorno, planea continuar adelante, con el “cuchillo entre los dientes” y hasta el final su cruzada en pos de evitar que sea Máximo Kirchner (o bien su madre, Cristina) quien defina en el principal distrito de la Argentina los nombres en las boletas seccionales el año próximo.